PREMIO FIN DE GRADO PROFESIONAL 2018: FLAUTA TRAVESERA
Crónicas.- ¿Esperabas este resultado?
Covadonga.- Me presenté al Premio para tocar y disfrutar. No me había creado ninguna expectativa al respecto. Dado que este curso no estoy realizando estudios superiores de música, tener el objetivo a corto plazo de prepararme para la fase de concurso supuso un empuje para volver a la práctica diaria con el instrumento.
C.- De las dos obras que interpretaste para la prueba, el Concertino op.107 de Chaminade y el Concierto en Sol M de Stamizt, ¿cuál te resultó más complicada?
Covadonga.- La obra libre, Chaminade, es mucho más difícil. Ya la había estudiado en sexto, pero no me importó retomarla, ya que es una pieza que me encanta. Me siento cómoda tocándola y pensé que podría lucirme.
C.- ¿Cómo fueron los momentos previos al Premio?
Covadonga.- ¡Horribles! Me hacía mucha ilusión tocar y me encontraba con ganas, pero mientras esperaba en los camerinos, me notaba especialmente nerviosa e impaciente. Estaba deseando subirme al escenario de una vez por todas. De hecho, en cuanto empecé a tocar se esfumaron todos los nervios anteriores. Me olvidé del público y pude concentrarme en lo que había venido a hacer: tocar.
C.- ¿Crees que es importante la forma de estudiar para obtener buenos resultados?
Covadonga.- Es la base. Estudiar no consiste en repetir una y otra vez la partitura. Si bien, las horas de práctica son imprescindibles, el modo en que son utilizadas marca la diferencia entre obtener buenos o malos resultados.
Covadonga.- Depende del tiempo del que disponga, aunque sí, es cierto que practico diariamente. Prefiero tocar menos cada día si no tengo demasiado tiempo, y no acumular todo el trabajo en algunos días determinados.
C.- ¿Con qué edad empezaste a tocar tu instrumento?
Covadonga.- Con ocho años. Ya hace diez que toco la flauta desde que comencé mis estudios en la Escuela Municipal de Música de Oviedo.
C.- ¿Por qué elegiste la flauta?
Covadonga.- Antes de inscribirme en la Escuela, soñaba con ser pianista, pero una vez dentro, durante la demostración de instrumentos, me cautivó el sonido de la flauta. Esto, sumado a la atracción que sentía por tocar en la banda o en la orquesta, consiguió que me decidiese. Nunca me he arrepentido.
C.- ¿Cómo ha sido compaginar los estudios del Instituto con los del Conservatorio?
Covadonga.- No ha sido fácil, sobre todo en 2º de Bachiller. Pero con una buena organización, puedo asegurar que me ha dado tiempo a todo, ¡incluso a salir con los amigos! No considero que me haya perdido nada, todo lo contrario, he tenido la oportunidad de vivir momentos especiales gracias a la música y lo que ello implica.
C.- ¿Recomendarías tocar algún instrumento?
Covadonga.- Todos deberían tener derecho a probar. Estudiar música, me parece igual de necesario que trabajar otras asignaturas, como la lengua o las matemáticas.
C.- ¿Qué papel han jugado tus padres en estos buenos resultados?
Covadonga.- Aunque mis padres no fueron los “culpables” de que yo me iniciara en los estudios musicales, ya que fue una iniciativa personal, su apoyo ha sido decisivo.
(Entrevista realizada el 30 de noviembre de 2018)