TAL DÍA COMO...

 

27 de mayo

 

Fallecía, a los 77 años, Luciano Berio, compositor italiano considerado uno de los máximos representantes de la vanguardia europea.

Nacido en el seno de una familia de compositores, recibió de su padre las primeras nociones musicales, que completaría en el Conservatorio de Milán.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue reclutado por el ejército, pero en su primer día de servicio fue herido en una mano mientras aprendía a usar la pistola. Tras pasar un tiempo en un hospital militar, escapó y se integró a la lucha en grupos antinazis.

En 1954 fundó, junto con Bruno Maderna, el Estudio de Fonología de la RAI de Milán, fruto de sus investigaciones en el campo de la música electrónica, que se convirtió en uno de los centros más importantes de la música de vanguardia. Interesado por las posibilidades de los medios electroacústicos, durante su etapa en el Estudio de Fonología Musical de la RAI llevó a cabo una interesante labor experimental, aplicada posteriormente en algunas de sus composiciones. Marcó un hito importante en su producción electroacústica la obra Homenaje a Joyce (1958) basado en una lectura de su primera esposa Cathy Berberian  de la novela Ulises de James Joice.

En 1962, invitado por Darius Milhaud, ingresó como profesor en el Mills College, en Oakland, California. En 1965 comenzó a impartir clases en la Juilliard School y allí fundó el “Juilliard Ensemble”, un grupo dedicado a interpretar música contemporánea.

Tras un período de residencia en Estados Unidos (1965-1972), dirigió el departamento de electroacústica del IRCAM de París (1973-1980), y a su regreso a Italia se encargó de la delegación milanesa de dicho organismo.

Quizá una de sus obras más conocida sea la serie de trabajos para instrumentos solistas bajo el nombre de Sequenza; la primera, Sequenza I, fue realizada en 1958 para flauta La última, Sequenza XIV (2002) fue compuesta para violonchelo solo. Berio afirma que estas obras están escritas para "el único tipo de virtuoso que es aceptable hoy en día, sensible e inteligente" y agrega que debe poseer "los más altos niveles de virtuosismo técnico e intelectual". Los trabajos exploran de lleno las posibilidades de cada instrumento (flauta, arpa, voz femenina, piano, trombón, viola, oboe, violín, clarinete, trompeta, guitarra, fagot, acordeón y violonchelo).

Berio ha adaptado sus propias composiciones: la serie Sequenze (Secuencias) dio lugar a una serie de trabajos llamada Chemins (Caminos), cada uno de ellos basado en uno de Sequenza.

Además, Berio es conocido por sus numerosos arreglos de música de otros compositores, como Monteverdi, Brahms, Mahler o Kurt Weill, por ejemplo.

Distinguido con numerosos premios, Berio compuso hasta el final de sus días.

 

🔊 Sequenza XII para fagot



🔊 Sequenza IX para clarinete



🔊 Sequenza XIII para acordeón



🔊 Sequenza III para voz femenina




🔊 Sinfonía para orquesta




 

 

También un 27 de mayo, pero de 1840, moría Niccolò Paganini (n. 1782) músico italiano considerado uno de los máximos exponentes del movimiento instrumental del Romanticismo.

Violinista por antonomasia, también compuso música para mandolina, guitarra, viola y fagot. Su obra más conocida son sus 24 estudios para violín, aunque también son destacables sus dúos para violín y guitarra, sus seis conciertos para violín y sus cuartetos de cuerda.

Niño prodigio, antes de cumplir los catorce años dominaba ya todos los secretos del violín, al extremo de que sus profesores reconocían no tener nada más que enseñarle. Su virtuosismo era tal que Paganini despertó, en sus tiempos, la idea de que había hecho un pacto con el diablo para el desarrollo de su técnica.

La gira que emprendió en 1828 por ciudades como Viena, Praga, Varsovia y Berlín lo consagró como el mejor violinista de su tiempo, capaz de extraer al instrumento músico sonidos y efectos inconcebibles, y le valió la fascinada admiración de personalidades como Franz Liszt.

Su salud fue deteriorándose desde que 1819 le fuera diagnosticada tuberculosis. En la Navidad de 1838, partió de París hacia Marsella y, tras una breve estancia, viajó a Niza donde su estado de salud empeoró. En mayo de 1840, el obispo de Niza envió a Paganini un párroco local para que recibiera los últimos sacramentos; el músico consideró que era algo prematuro y se negó. Tan solo una semana después, en la casa del presidente del Senado, Paganini sufrió una hemorragia interna y murió antes de que se pudiera llamar a un sacerdote.

El obispo de Niza prohibió su entierro en tierra consagrada por su reputación de hereje y no por su mencionada asociación con el diablo. Su cuerpo fue embalsamado y almacenado en el sótano de la casa donde había fallecido. En 1853 fue enterrado en el cementerio de Gaione y después de cuatro años y un llamamiento al Papa, la Iglesia permitió que su cuerpo fuera transportado a Génova, pero no fue sepultado hasta 1876 en el cementerio de la Villetta di Parma.

 

🔊 Concierto Nº1 para violín



🔊 24 caprichos



🔊 La danza de las brujas



🔊«Minuetto alla spagnola» del Cuarteto con guitarra, Op. 4 nº 3